Escuela de padres

¡No, no y no¡
¿Tu pequeño se te enfrenta? ¿Cómo hacer para que no te haga escenitas, ni pataletas en el restaurante, cuando te has negado a pedirle el cuarto postre o no le quieres comprar el juguete que vio en el supermercado?

 

 

Existe una edad y época en donde nuestros bebés comienzan a revelarse, quieren  ser el centro de atención y nos exigen con su nueva actitud obedecerlos en todos sus requerimientos.
9ª 18 meses, ¿Qué se le puede exigir?
A esta edad empiezan a andar y a hacer travesuras porque está empezando a conocer el mundo. 
No entiende el concepto de peligro, pero entiende y sabe lo que significa  un no. En cuanto se acerque a un objeto frágil o le pueda resultar peligroso para él, no dudes en repetirle, una y otra vez, que "eso le está "prohibido". Al principio, sólo entenderá las cosas cuando se las repitan. No te enfades con él, pero gesticula al mismo tiempo que le hablas. 
¡Ah! y no le quites el objeto de las manos, sin explicación alguna, como si fuera incapaz de entender poco a poco. Tienes que encontrar el tiempo, para explicarle cada vez las cosas.
18 meses – 2 años, ¿Cómo reaccionar ante un no?
Conseguir tener autoridad, exige tiempo. Puede que ésta sea la razón por la que ciertos padres tiran la toalla antes de tiempo. Desde los 18 meses hasta los dos años, tu hijo no tiene o no conoce los límites, y tan sólo espera que el mundo que le rodea le marque estos límites. Si los padres no reaccionan nunca, haga lo que haga su hijo, el niño puede tener la sensación de que nadie se ocupa de él o de que se le ha abandonado. 
En la sociedad hay una serie de reglas que hay que respetar, empezando por las más simples: no pegar, no romper las cosas, entender que el mundo no gira alrededor de una sola persona...
No esperes demostrar tu autoridad en el último momento, porque con esta actuación lo único que conseguirás es que tu hijo se convierta en un caprichoso indómito en potencia,
Acostumbrándose a pronunciar unos poderosos y rotundos No¡, cada vez que le niegas o le pidas algo. Trata de no llegar a este punto: si una vez le has permitido hacer algo, la próxima vez te será muy difícil dar marcha atrás y negarte.
2- 5 años, ¿Cómo dialogar?
El periodo del « no » ha pasado a la del ¡porqué¡: su curiosidad en este momento no tiene límites. Preguntas y más preguntas: y mamá ¿porqué?  Esto. Está en un momento en el que almacena una enorme cantidad de informaciones en su cabecita, por lo que tienes que tener cuidado y explicarle bien las cosas, para que las entienda. Es importante que cuando le prohíbas algo, le expliques las razones. 
También se encuentra en la edad, en la que cree que su "mamá es la mujer de su vida" y en la que gustaría que le estuvieran mimando todo el tiempo. No te dejes manipular y ten mucho cuidado de no consentir que "el pequeño" «invada » esos momentos reservados a vosotros, los adultos.

La edad de las preguntas
¿Por qué tantos por qué?

 

 
Muchos  niños inician la edad de las preguntas antes de cumplir los tres años. Para los psicólogos, los continuos por qué son una de las pruebas inequívocas que su desarrollo es el apropiado. 
Su curiosidad se manifiesta incluso antes de empezar a hablar. Su afán por investigar el mundo que los rodea, la manipulación de los objetos, su necesidad de llevarse todo a la boca responde a un deseo de satisfacer sus dudas. Cuando comienzan a hablar cuentan con una herramienta más: el lenguaje.
Otro de los motivos que les hace preguntar constantemente es practicar esta nueva herramienta de comunicación. Imitan la entonación, el ritmo de las frases, las nuevas palabras...Por eso muchas veces lanzan un arsenal de preguntas de las que ni siquiera esperan contestación. 
Pero la razón más importante es el deseo de ordenar su mundo. En su mentalidad todo tiene un origen y una consecuencia, las cosas funcionan como las personas  y para ellos no existe el azar o la casualidad. De ahí que sean frecuentes preguntas como: ¿por qué llueve? ¿Quién hace la lluvia? ¿Las nubes se han enfadado y por eso están oscuras? 
Las respuestas apropiadas
No debemos abrumarles con respuestas excesivamente científicas que posiblemente no comprenderán. A esta edad, los expertos no desaconsejan las respuestas fantásticas o imaginativas ante cuestiones difíciles. 
Hacer  las comparaciones con cosas que él ya conoce así como manejar ejemplos que le resulten familiares.
Aunque no entienda del todo la respuesta, el niño percibe que sus dudas sí tienen solución y eso le tranquilizará.
A veces, simplemente pregunta por preguntar, y tal vez no quiera obtener una respuesta. No importa, y está bien seguirles el juego de causa-efecto.
Las respuestas han de ser cortas, claras y sencillas.
Si no sabemos la respuesta, podemos decirle que necesitamos un tiempo para consultar la respuesta y contársela. Así aprenderá que los padres también tienen que aprender.
Nunca hay que ridiculizar sus dudas; a veces, incluso, les molesta que nos riamos de sus ocurrencias. Mostrar interés por lo que nos dice es el mejor favor que podemos hacerle
 

¿Lágrimas sin control?

 

 
Así como hay niños alegres y con buen humor, hay otros que son serios y gruñones y otros que se irritan y lloran con facilidad, pero en su mayoría lloran sin motivo aparente.
Si sabes que todas las necesidades de tu hijo están satisfechas (no tiene hambre, ni sueño, está seco, etc.), podrás darte cuenta que él (o ella) utiliza el llanto como una forma de atraer tu atención y de hacer lo que quiere.
Aunque no es nada fácil hacer caso omiso a un niño que llora mucho, esto es importante para disminuir la conducta del llanto. Si premias con atención (haciéndole caso inmediato) la conducta de llorar, el niño continuará manipulando la situación con llanto.
Si por el contrario consigues persuadir la situación de llanto, poco a poco, el niño aprenderá que le resultará mejor pedir algo en un tono más amable.
Recomendaciones:
Dale atención cuando se porte bien y no cuando llore o reniegue.
Si no celebras o felicitas a tu niño cuando se porta bien, él se las arreglará para obtener tu atención (negativa, pero atención al fin), a través de sus gritos o llantos.  Cuando lo hayas reprendido, él habrá logrado captar tu atención.
A veces el niño no sabe qué es llorar o lloriquear. Déjale claro que esa es una conducta que te molesta, y que es mejor que hable con calma y sin llorar.
Si el niño insiste en llorar, aíslalo un rato, hasta que se calme y se le pase. Pero, no cedas, no te alteres ni lo imites llorando.
No detengas el llanto castigándolo. El niño debe saber que puede llorar y estar de mal humor a veces y no sentirse culpable por ello. Pero debe dejársele claro que ésta no puede ser la manera habitual de resolver sus problemas.
El llanto es para muchos niños un desahogo importante de sus frustraciones, especialmente cuando no saben expresar lo que sienten con palabras.
El llanto puede ser una señal de incomodidad para él, talvez una expresión de dolor, problemas por algo que siente y que no sabe cómo comunicártelo. Debes estar atenta y aprender a reconocer las señales de su hijo. 

S.O.S primeros auxilios

 

No esperes que suceda una desgracia para estar familiarizado con la forma  cómo debes actuar en caso de una emergencia.  Los niños, dada su inmadurez, son particularmente vulnerables, y no están libres de accidentes como caídas, cortes, quemaduras, asfixia, ahogamiento, envenenamiento, y electrocución.
Pero tenemos buenas noticias: Podemos proteger a nuestros pequeños y prevenir accidentes tomando ciertas precauciones, reduciendo los peligros a su alrededor, y supervisándolos constantemente. 
Es importante aprender a atender las emergencias inevitables; muchos niños han sido salvados por familiares o encargados suministrando primeros auxilios.
Precauciones Generales:
Tener a la mano el teléfono inalámbrico para supervisar constantemente a los niños.
Mantener los números de emergencia a mano.
Mantener los materiales de primeros auxilios a mano. 
Aprender primeros auxilios y resucitación cardio-pulmonar.
 
Hemos clasificado por orden alfabético las lesiones o accidentes más habituales, en los que explicamos con claridad las medidas a tomar en una emergencia, dando tiempo a la llegada del médico.
Ahogamiento por inmersión (asfixia). 
Se puede producir en la tina del baño, en recipientes con agua (niños pequeños) y desde luego en piscinas, playas, ríos, lagos, etc.
Solución. Si no respira, se debe aplicar respiración asistida. Si no tiene pulso, alternar con masaje cardíaco (las técnicas de respiración asistida y masaje cardíaco deben ser aprendidas en instrucción formal). 
Cómo evitarlo. Proteger las piscinas con rejas. 
No dejar solos a niños pequeños cerca de orillas (río, mar, lago, etc.) 
No dejar a los niños pequeños solos en la tina del baño, cerca de fuentes o recipientes con agua.
Atragantamiento. 
El niño  puede atragantarse con una canica, un botón o cualquier pieza pequeña de los juegos para armar, así como con la comida. 
Solución. Déjalo toser, pero si no puede y ves como su carita en cuestión de segundos se pone morada, tienes que ayudarlo a expulsar el objeto. Coloca al niño boca abajo sobre tus rodillas, sosteniéndolo sobre tu antebrazo, golpéale la espalda con firmeza cuatro veces seguidas entre los omóplatos y si haz conseguido que el objeto salga, voltea al niño y colócalo boca arriba, comprímele el pecho cinco veces consecutivas con dos dedos (usa la técnica del masaje cardiaco) 
Convulsiones infantiles. 
Se producen muchas veces por distintas causas, siendo la más frecuente la fiebre elevada (más de 40ºC).  El niño suele expulsar espuma por la boca  o pone los ojos en blanco.
Solución. Despójalo de la ropa para ayudar a que le baje el calor, y enfría su cuerpo con una esponja o un trapo empapado en agua tibia.  Empieza por la cabeza hasta que descienda su temperatura por debajo de los 39 ºC. 
Cuerpo extraño en la piel. 
Como las espinas, astillas, piedrecitas o pequeños fragmentos de cristal pueden quedar incrustados en la piel, aunque no es algo grave, es muy molesto  y a veces doloroso. 
Solución. Intenta la extracción con una pinza o una aguja previamente  esterilizada con la llama de una vela o alcohol, presionando alrededor con tus dedos y luego de haberla extraído lava con agua y jabón. 
Cuerpo extraño en el ojo. 
Es una zona muy delicada que no se debe tocar con los dedos.  En él se puede alojar un cuerpo extraño como una pestaña, un granito de arena, salpicar una sustancia corrosiva o producirse una lesión con un objeto cortante. 
Solución. Si el objeto se mueve en la superficie del ojo retíralo con la punta de un pañuelo o lavándole el ojo con agua tibia. Si le ha salpicado una sustancia corrosiva báñalo con chorros de agua tibia por 15 minutos.
Descarga eléctrica. 
Puede ocurrir en el hogar o en el trabajo. El niño puede  recibir una descarga eléctrica al meter los dedos en un enchufe o coger un cable pelado.
Recordar que el agua (húmeda) es un conductor de electricidad. Podría ser causante de arritmia grave que conduce al paro cardíaco.
Solución.  Proteger  desconectando la corriente o, si no se puede, separándolo con un objeto seco no metálico. Si está inconsciente, pedir una ambulancia e iniciar reanimación cardio-pulmonar.
Si está consciente y el choque eléctrico ha sido importante, debe acudir a un Servicio de urgencia para evaluación.
Como evitarlo.  Colocar tapas en enchufes. Evitar alargadores y conexiones triples. Revisar instalaciones eléctricas (técnico especializado). Evitar aparatos eléctricos en el baño.
Envenenamiento. 
Afecta en especial a niños entre uno y cuatro años de edad. Es causado por tóxicos como los medicamentos (aspirina, somnífero o cualquier pastilla) seguidos por productos de limpieza como insecticidas. Solución. Si el bebé o niño ha ingerido medicamentos en demasía, provoque el vomito cuanto antes.  Introduce los dedos hacia su garganta o hazle beber sorbos de agua con sal. Si ha tomado algún producto de limpieza es mejor que no vomite, la mayoría son cáusticos.
Golpes en la cabeza. 
No es extraño que un bebé se caiga y se golpe la cabecita, inmediatamente aparecerá un hematoma o un chichón. 
Solución.  Toma una bolsa de hielo o un trapo con agua bien fría y colócalo en la parte afectada por unos minutos. No suele ser grave pero si lo es hay que acudir al centro medico más cercano.
Hemorragia nasal.  
Se origina por un golpe espontáneo y es muy frecuente en los niños. 
Solución.  Para detenerla, basta apretar por diez minutos la fosa nasal dañada contra el tabique, al mismo tiempo que se inclina la cabeza hacia adelante y si la hemorragia no se detiene acudir al centro medico más cercano.
Picaduras de insectos. 
La mayoría sólo producen molestias transitorias y un leve enrojecimiento en la zona afectada. Cuidado con la abeja. 
Solución.  Si el aguijón esta clavado sácalo con sumo cuidado con ayuda de una pinza, pero ten cuidado de no comprimir la parte superior del aguijón (el saco de veneno). Luego limpia con una gasa empapada en agua fría, hielo  y una pomada para picaduras.
Quemaduras y escaldaduras. 
La cocina es el lugar donde se propician y desarrollan estos accidentes. El niño intenta coger el mango de la sartén o de la olla, vertiéndosele luego el contenido de ellas. 
Solución. Lo primero es proteger la zona (apagar la llave de gas), enfriar la zona de la piel quemada, colocándola bajo un chorro de agua fría  durante 10 minutos. Si es por quemadura o escaldadura por productos químicos como lejía, retirar la ropa de la zona afectada para que la lesión no se profundice. Como evitarlo. Mantener los líquidos calientes lejos de los niños, tener el calentador de agua a un máximo de 120 grados.
Mantener los aparatos calientes (tostadora, rizador de cabello, plancha) lejos de los niños. Poner protección frente a chimeneas, calentadores, y hornos.

Estimulacion temprana

 

Se denomina  "Estimulación temprana o atención temprana infantil”  a una serie de actividades que enriquecen el desarrollo físico, afectivo e intelectual del bebé, que además de satisfacer las necesidades de comunicación entre padres e hijos, favorece el máximo desarrollo de habilidades y destreza física, mental, emocional y social.  La atención temprana infantil no depende de la edad del niño sino de la oportunidad que se le haya dado de recibir los estímulos. 
La estimulación temprana es tan antigua como la humanidad, desde que el primer niño vino al mundo su madre le dio de comer, lo estrechó y lo acarició. Desgraciadamente, la vida cotidiana de las grandes ciudades y las madres que trabajan o que tienen que atender múltiples tareas han hecho que los momentos de atención al niño sean pocos y de menor calidad.
¿Cómo, cuándo y dónde estimular?
El primer recurso es proporcionar al niño actividades, experiencias o juegos de estimulación que promuevan e impulsen su desarrollo. Los juegos varían de acuerdo con la etapa o edad que éste vive. Los progresos en sus conductas, las necesidades y el interés que él expresa, será lo que nos dirá cómo seleccionar y organizar las actividades de estimulación.
En primer lugar,  la estimulación se debe realizar en un ambiente tranquilo, sereno y alegre, con cierto espacio, ventilado, libre de corrientes de aire, con luz natural suficiente, arreglado con sencillez y orden, de acuerdo a las necesidades del niño.
Antes de comenzar debemos seleccionar los materiales más atractivos: de diversas formas y de colores brillantes, lavables, resistentes, de fácil manejo por las manitos del bebé para que los chupe, los agarre, los tire y cuando esté en capacidad de hacerlo, pueda pasárselos de una mano a otra. Es importante que estos objetos no sean peligrosos. Hay que recordar que no sólo las cosas quebradizas, cortantes o tóxicas como las bolsas plásticas pueden implicar riesgos. Los juguetes seleccionados deben dársele poco a poco, uno por uno, alternándolos para que siempre le resulten novedosos. No olvidar ajustarse a la edad y madurez del niño.
Las Personas a cargo de la estimulación deben estar tranquilas y mostrar al bebé su interés, motivación y alegría (el niño percibe muy bien los estados de ánimo de las personas y las reacciones afectivas).
El Momento ideal para los juegos de estimulación es cuando el niño está despierto, tranquilo, alerta y sano. Aprovechar las situaciones cuando se le alimenta, se le baña, se le induce a dormir, se le cambia y se juega con él, son las oportunidades más apropiadas para la estimulación.
El fin es valerse de la rutina diaria y convertirla en una situación de juego y disfrute con el niño al estar conscientes y tener en claro, que estamos estimulando la inteligencia del niño y todas sus capacidades a través del amor.